domingo, 25 de julio de 2010

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Hay muchas especulaciones sobre las relaciones entre seres humanos. Inconsciente colectivo, teoría de los seis grados de separación, conexiones cuánticas, etc., entre ellas la de un amigo y la particular historia de un encuentro.
Este curioso lugar de Córdoba fue el eslabón de algo similar.
Desde chico me ha fascinado, no se si a pesar de... o debido a lo grotesco de su aspecto, sin llegar a indagar nunca sobre las circunstancias de su construcción. Se me antojaba algo similar a “La locura de Greenshaw”, donde Agatha Christie ubica uno de sus relatos.
En 1990 me encontraba en Madrid. Me había invitado a comer el dibujante Michel Drouillon, quien nació en África, hijo de franceses. Un origen tan internacional puede haber sido lo que lo signó a recorrer el mundo entero como efectivamente hizo. No trabajé junto a él en La Voz del Interior, en mi propia ciudad natal, pero nos encontramos en la otra orilla del Atlántico en el Diario 16. Michel estaba casado con una argentina y la nostalgia fue inevitable. En la charla de sobremesa divagábamos y no se a cuento de qué mencioné esta casa. Me sorprendió su esposa preguntándome: sabés de quién era? Mía!
Me contó que tuvo una boutique en ese lugar y que lleva el mismo apellido que el arquitecto, Boll, aunque no recuerdo si mencionó el parentesco que los une. Supongo que este excéntrico miembro de la familia habrá querido realizar una suerte de homenaje a Gaudí, aunque en modesta escala. En el peculiar sistema constructivo utilizó los desaparecidos caños de desagüe cerámicos, además de toda clase de elementos atípicos. Les cedo la palabra para que cada uno opine sobre el resultado, además de invitarlos a colaborar con cualquier dato adicional que dispongan.

5 comentarios:

  1. Ah, creia que sólo querías que lo leyese!

    Michel nació en la República Democrática del Zaire, en Bangui exactamente, no en Sudáfrica. Y su exmujer era, como vos, cordobesa.

    De lo demás no puedo opinar, porque yo no estaba...

    Un abrazo transoceánicoi, Eric...

    Gerardo.

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  2. Gracias por tu apunte Gerardo!

    Un abrazo para vos.

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  3. Mi padre Michel Drouillon nació el 26 de Octubre de 1950 en la capital de la República Centroafricana, Banguí. Es curioso que buscando su nombre en Google por casualidad me encuentro con este blog que habla de él y de mi madre Alicia Boll. Cuyo hermano, Ricardo Boll, es el arquitecto de este edificio. Yo soy su hijo Christophe Drouillon. Y hoy lo recordamos mis hermanas y yo con todo el cariño. Mi padre falleció el 31 de Julio del 2003 debido a un infarto.

    Saludos.

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    1. Hola Christophe. Que bueno que hayas decidido a compartir esto en el blog.
      Trabajé junto a Michel relativamente poco tiempo pero guardo un recuerdo muy cálido de tu padre. Si bien no estábamos en la misma oficina, lo habitual era que se asomase a la nuestra a charlar. Siempre estaba dispuesto a discutir con Matilde, una compañera española que se había criado en Francia. Alguna vez me contó que había querido dedicarse a la canción… y cómo lo frustraron en una audición cuando le dijeron “Moustaki ya tenemos uno”. Me viene a la memoria como todo un personaje, desmesurado en estatura, cabellera, barba, envergadura física y expresividad. Con su ejemplar de Libération bajo el brazo, esperando el momento para ir a tomar un Chinchón, en medio vaso de café con hielo.
      Teníamos un código, por el cuál yo fingía criticarlo, señalando que la técnica de sus dibujos era similar a la de Hermenegildo Sábat. Por supuesto que no era cierto pero él se ofendía, replicándome que no sabía nada. A pesar de su pretendida indignación, me regaló una caricatura de las que publicaba en el Diario 16, con una dedicatoria “con cariño sabatiano” que aún conservo.

      Cuando me enteré por Gerardo que ya no lo teníamos entre nosotros sentí una gran pena.

      Te mando un gran abrazo.

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  4. Gracias Eric por los recuerdos. Un abrazo.

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