viernes, 16 de julio de 2010

Épico friso en la recta.

En Córdoba hay tres plásticos contemporáneos que han dejado su impronta en la ciudad. Marcelo Hepp, con sus dispares monumentos; Antonio Seguí, como un niño desordenado que desperdigara sus desmesurados juguetes y Jorge Cuello.
A este último lo podríamos llamar un artista de rincones. En lugares insospechados podemos encontrar sus obras, como este caso. Casi ignorado por su ubicación, este mural resiste la inclemencia del tiempo, resignado a deslucirse por el hollín de los automóviles. Cual Tapiz de Bayeux, describe una gesta heroica en la que intervienen los deportes locales, además de personajes de toda laya. Con la rotundez de las muñecas de Armando Reverón, se ofrece irreverentemente a quién lo descubra.


















4 comentarios:

  1. Si señor, el friso donde la recta se dobla buscando warcaldizarse o quisquisacatearse, cuando no saldanearse!!!!

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  2. Viste Marcelo? Para peatones... o conductores suicidas, diría Sabina.

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  3. de los tres artistas, el Cuello me parece el más sincero. Es uno de los pintores más grosos de este país...

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  4. Bueno, la idea no era establecer juicios de valores ni comparaciones sino constatar un hecho.
    Un artista que en su momento se identificó con lo más perverso, como Arno Breker, con el transcurso del tiempo ha sido revalorizado. Si bien la estatua de Fray Mamerto Esquiú de Hepp, con el macizo cono de la sotana que no llega al suelo, la cabeza cuadrada y la actitud de karateca me parece espantosa, recuerdo haber visto una mesa surrealista de chapa batida cuyas patas eran dedos que me maravilló, por lo que me resisto a caratular en bloque.

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